martes, 31 de diciembre de 2013
Espero que nuestro 2014 sea mucho mejor que 2013. ¡Suerte, amigos y amigas!
2013: el año más difícil de mi vida.
Comenzó mal. Atrapado en los suburbios, desesperado por salir a celebrar la noche de Año Nuevo “cómo corresponde.” Odiando estar en la casa de mis padres, con mi familia, sin opción de volver al centro a alguna fiesta. Pero lo logré, gastando bastante dinero entre medio; sólo para encontrarme en un lugar lleno de gente y música que no me gustaba. Bienvenido 2013. Una mierda.
Este sin duda ha sido un año complicado. 365 días llenos de desafíos, pruebas, lecciones de vida aprendidas a golpes y alegrías que luego se transformaron en penas. Tuvo varias cosas buenas, no lo voy a negar. Pero tras cada cosa buena hubo muchas malas. Fue un año en el que se concentraron todos los cambios que no hice durante mis veintes.
El primer semestre estuvo marcado por mis malas decisiones financieras anteriores. Viajes, fiesta desmedida y poco trabajo redujeron mis ahorros a cero. Me vi forzado a trabajar a tiempo completo en un trabajo de mierda mal pagado, siendo explotado durante más de un mes. Fui muy feliz cuando por fin pude renunciar, pero eso no aplacó el otro problema que venía experimentando hace rato. Cumplí 30 años el 25 de Enero, y desde ese momento una gran crisis vital comenzó a atormentarme. “¿Quién soy? ¿Adónde voy? ¿Qué es lo que quiero de mi vida?” Preguntas que durante mis 29 años anteriores no había logrado resolver se volvieron mucho más agudas, invadiendo mis pensamientos a diario. Y si esto no fuera poco, otro grave problema me aquejaba: el sexo. O, más bien, la ausencia de éste.
A comienzos de Mayo mi vida dio un giro. Comencé a ir a intercambios de idiomas, situación ideal para conocer nuevas personas, ampliar mi círculo social y, finalmente, adquirir la confianza suficiente como para sacudirme los 4 meses de celibato absoluto en los que había estado sumido. Pero no fue sólo sexo lo que obtuve, aunque era sólo eso lo que buscaba.
Terminaba Mayo y comenzaba el Invierno. Vientos nórdicos soplaron desde la lejana Escandinavia y la trajeron hacia mí. L, la noruega, la vikinga. La mujer más importante de mi vida dio comienzo a mi segundo semestre y le puso fin a mi mala racha sexual. Vivió junto a mí un romance de película y dejó tras de sí, al marcharse, pedazos de mi corazón esparcidos por cada lugar que visitó después de abandonarme. Pedazos que demoré más de cuatro meses , con una experiencia cercana a la muerte mediante, en devolver a mi alma.
Todo esto me lleva al presente. Escribo estas palabras acostado en mi cama, lugar que no he podido abandonar mucho desde que caí cerro abajo en San Pedro de Atacama y me quebré el pie izquierdo. Esto, como perfecto cierre de mi 2013, un año que nunca olvidaré por lo complejo que resultó ser y por el gran valor que tuvo para mí. Porque si bien omití varias otras situaciones difíciles, estos doce meses han sido caóticos. Pero, ya en las últimas horas, veo como la tormenta se va calmando, abriendo el cielo nublado y dejando caer rayos de sol y esperanza a mi vida.
Cuando terminé con mi ex, hace un poco más de un año, usé una frase muy parecida al cliché “no eres tú, soy yo.” Le dije que quería encontrarme a mí mismo, saber quién era yo solo, sin ella a mi lado. No estaba mintiendo. Casi 9 años de mi vida los compartí con ella, pero olvidé mi individualidad. 2013 fue un año duro, pero me ayudó a conseguir lo que estaba buscando. Cada prueba que superé me hizo más fuerte, cada nuevo amigo que hice amplió y mejoró mi círculo social, cada chica que conquisté me dio seguridad y mejoró mi autoestima, y la mujer que amé me permitió descubrir que tengo un corazón. Llegué a mis 30 sin estar seguro de eso ni de nada. Ahora sé quién soy, qué quiero. Sé que puedo amar y ser amado. Tengo certeza de que aunque las cosas se pongan difíciles, puedo salir adelante. Claro que, si me preguntan, prefiero pensar que desde 2014 todo va a ser mucho mejor. Después de todo, 2013 ya se acaba, y con un año de mierda como éste tengo suficiente para el resto de mi vida.
lunes, 30 de diciembre de 2013
Sex/Life 18
I met this British girl on Facebook. I knew her two best friends in person, and I saw her a couple of times in real life, but we never talked. I regretted that later. When I finally had the chance to meet her again, after I was constantly hitting on her online, I was drunk and being pathetic after I was kicked out of a club. All I could say was “hi” and those were some really awkward 15 seconds. We never met again and after that things got cold. To be honest, things were never good. I screwed any chance with her the minute I hit on both her friends before talking to her.
Despite the odds, I gave it one last try. I was going to San Pedro de Atacama in a few days, decided to change my life for good. I could feel things were going to take a big turn, just didn't know how. I asked her to go have a coffee with me. She said no. Some days later, alone with my left foot broken and my ass sitting on hot sand, 200 meters over the ground in a hill in the middle of the desert, I felt life fading away. I said out loud I didn't regret anything, but I was lying. I wanted to see my family and friends again. And, fuck, I really wanted to get that bloody coffee.
domingo, 29 de diciembre de 2013
Reflexiones matrimoniales.
Este Sábado fui al matrimonio de la hermana de uno de mis mejores amigos. Él, con la mejor voluntad del mundo, me llevó en mi silla de ruedas hasta la iglesia. Fue divertido. Ya en aquel lugar, algunas conversaciones mediante, tuve mi primera reflexión. Me dí cuenta (aunque en realidad es bastante obvio) que, por más tiempo y cosas que han pasado desde el fin de mi relación con la vikinga, ella sigue en mi mente. Cada vez que conozco a una nueva persona, cada vez que estoy con alguien nuevo, ella aparece en mi cabeza. Siempre me preocupó esto, me sentía como un loco obsesionado con ella. Recién ayer pude darme cuenta de que, afortunadamente, no era eso.
Cuando ella terminó conmigo, intercambiamos algunos emails antes de dejar de comunicarnos. En uno de ellos le pedí que por favor nunca se conformara “con menos que esto.” Quería pensar que si ella había decidido cambiarme por alguien más, al menos quería que ese personaje fuera mucho mejor que yo, para que valiera la pena mi sufrimiento. Pero, por otro lado, esto también se aplica a mí. La vikinga cambió mi mundo. Hay un antes y un después de ella en mi vida. Por supuesto que luego de conocerla no puedo buscar ni conformarme con alguien “inferior”. La amé. A ella y a cada parte que logré sentir de su universo. Ella se convirtió desde ese momento en la vara con la que mido y mediré a todas las mujeres que vengan en el futuro. No es una obsesión, es sólo ser objetivo. Si pude tenerla a ella en mi vida, ¿por qué no podría estar con alguien así o mejor aún? Debemos buscar siempre ser la mejor versión de nosotros mismos, y acompañarnos también de las mejores personas que logremos conocer en el camino. Es lo que hasta ahora había hecho de forma inconsciente. Nunca más. Ya sé lo que quiero. Nada menos que lo mejor, nadie menos que ella.
Pero la velada no terminó ahí. Luego del matrimonio vino una lujosa comida en la que el novio, orgulloso, nos mostró un video. Era la historia de amor de él con su ahora esposa. Me emocionó mucho, casi hasta el punto de llorar. La música, las imágenes, las palabras... todo fue muy hermoso. “Yo quiero eso” pensé. Y fue en ese instante en que me dí cuenta de algo más. Mientras se sucedían las fotografías de la vida de cada uno de los novios, por separado antes de conocerse, vino a mí. El amor es un milagro.
“¿Chilena?” Para que yo me acercara y le hiciera esta simple pregunta pasaron 25 años. Nació en Noruega, estudió Retórica y viajó por Europa, Asia y América. Se enamoró, sufrió, rió, se cayó y puso de pie. Trabajó en distintos lugares del mundo, conoció a mucha gente, se hizo de varios amigos. Aprendió español y decidió, tras algunos años de dudas, finalmente retomar su sueño de adolescencia y estudiar Periodismo. Parte de su Magister internacional debía cursarlo en Chile. Un semestre para ser exacto. Cruzó la mitad del mundo para llegar hasta Santiago. Vivió por casi seis meses ahí hasta que una fría noche de Mayo, en una fiesta de intercambio de idiomas, un chileno se acercó a ella para preguntarle si ella era una compatriota. “No, soy de Noruega” le respondió. Él, sin saberlo, había esperado 30 años para oír esa respuesta. Yo había vivido 30 años sólo para ese momento.
El amor es mágico. No responde a la lógica, ya que si fuera posible racionalizarlo no sería amor. Cada decisión, cada camino que tomas, incluso la más mínima palabra que dices o hasta el suspiro más silencioso que das. Todo lo que haces y pasa en tu vida te prepara para ese momento. No lo sabes hasta que lo vives. Pero, por lo mismo, puede que no te des cuenta que lo tienes hasta que ya es demasiado tarde. Afortunadamente existen personas que sí lo saben, o al menos quieren creer con todo su corazón que es así, y hacen algo al respecto. Ayer estuve ahí y lo vi. No, lo sentí. Anoche vi a dos personas que se aman y sentí parte de ese amor en mí.
Mi vida ha probado ser un milagro. Cosas maravillosas han pasado en ella, y de cada cosa mala que pasa, de cada tropiezo, de cada llanto, nace algo mejor. Sobreviví al desierto por amor. Por mi familia, mis amigos. Por mí mismo. Pensé que por fin la había olvidado, pero me es imposible. Pero aunque esto antes parecía malo, ya no lo es más. No sé si alguna vez la vuelva a ver, ni tengo claro si en su corazón yo estoy presente tal como ella lo está en el mío. No sé si en este momento eso importe ya. Más importante que todo eso es que gracias a ella dejé de pensar y comencé a sentir. Dejé de vivir mi vida a través del filtro de la razón y descubrí que amar y ser amado no me es imposible como creía antes. Ahora sólo espero no tener que esperar otros 30 años para volver a decir “te amo.”
sábado, 28 de diciembre de 2013
Sex/Life 17
She looked at me and said “beer is your drink. You look really good drinking beer.” That was the weirdest compliment I've ever got. We were at this pub in Buenos Aires, near our hostel, and I was having a pint. I just laughed and kept drinking. I do like beer a lot; it's actually my favorite beverage. Not too long after that I met a girl named Beer. I didn't even know that was an actual surname, but it did gave me ideas. What if we had an affair? Saying “I love Beer” would've proved to be right twice. It ain't gonna happen, though. She hates me.
jueves, 26 de diciembre de 2013
Sex/Life 16
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Historia de una caída
Veinticinco
Desde que mi mamá, el Destino, Dios o el Universo decidieran que yo naciera un 25, este día, cada mes, es especial para mí de alguna forma. La Navidad por razones obvias, pero en cada ocasión hay algo fuera de lo común que ocurre justo este día. “Especial” no necesariamente significa que es algo bueno. No, al contrario. También significa que cosas malas pueden ocurrir; hechos de aquellos que cambian mi vida en cierto aspecto. Por ejemplo, fue este 25 de Julio cuando besé a la vikinga por última vez, antes de que tomara su vuelo a Noruega en Buenos Aires, y fue exactamente un mes después, un domingo 25 a las 3 AM, cuándo ella me terminó por Skype desde algún país asiático.
Cada 25 ha sido único desde que comencé a poner atención a este día. Hoy, a sólo un mes de cumplir 31 años, no ha sido una excepción. Mi decisión de entregarme a una relación significativa se ha visto reforzada luego de las conversaciones que he tenido hoy. Y mientras el año es escapa rápidamente hacia el pasado, cierro mis ojos y veo mi futuro tras las tinieblas de la incertidumbre. 2014 tendrá otros 12 veinticincos. ¿En cuál de éstos podré mirar atrás con mi objetivo ya cumplido? Tendré que esperar para averiguarlo, viviendo un 25 a la vez.
martes, 24 de diciembre de 2013
Don Jon
Hace rato que no veía una película buena. “Don Jon” es buena, y mucho. Combina algunos de los factores que más disfruto en una cinta, humor y sexo (y Scarlett Johansson, que es una virtud en sí misma.); pero con un toque extra. Porque para mí esta película fue más que sólo una hora y media de diversión. Fue un descubrimiento.
La trama es sencilla. El protagonista es un tipo con mucha suerte con las chicas, pero que no encuentra satisfacción sexual con ellas como la que sí halla en el porno. Aburrido de ésto, busca una relación significativa con la chica más linda que había conocido, sólo para descubrir que ni aún con ella podía dejar el porno de lado. Gracias a una mujer mayor que aparece en su vida descubre su problema, y de a poco se va haciendo cargo de éste, cambiando definitivamente su vida.
¿Por qué me llamó tanto la atención este filme? Creo que llegó a mí en el momento preciso de mi camino vital. Hace un año, o incluso 6 meses atrás, no hubiera tenido ningún impacto en mí. Pero luego de todos los cambios que he tenido en el presente año, y especialmente los que me están afectando ahora, puedo ver con claridad cómo mi historia tiene ciertas similitudes con la retratada en la película. Al igual que el protagonista de la misma, yo estoy en búsqueda de una relación significativa, profunda. Él y yo tenemos el mismo objetivo. Queremos cambiar.
Ya llevo más de un año soltero y me aburrí. Sí, el sexo casual es divertido, pero se acaba la libido y no queda nada, sólo el vacío. Termino y sólo quiero que me dejen solo, tranquilo. Anhelo poder disfrutar de mi cama sin sentirme obligado a mantener una conversación superficial para llenar el silencio incómodo que se produce cuando el deseo sexual desaparece.
No tengo claro qué es lo que ocurrirá el próximo año. 2013 ha sido una época de experiencias extremas en todas las áreas de mi vida, y si los eventos siguen dándose como hasta ahora, no sé en qué mierda voy a estar en 12 meses más, en esta misma fecha. Lo que sí tengo muy claro es una cosa: sea lo que sea que este viviendo, quiero que sea junto a alguien. ¿Cursi? Quizás. ¿Cierto? ¡Por supuesto!
domingo, 22 de diciembre de 2013
Soltería 101 - Capítulo 17 - 22 de Diciembre
Pero todo en la vida cambia, incluso las cosas más importantes. En mi caso, el cambio lo generé yo aquel 19 de Septiembre, hace ya 1 año y 3 meses, cuándo le puse fin a nuestra relación. Pero, pese a ese término, me pareció correcto escribirle para su cumpleaños en 2012. Hacía no mucho tiempo que habíamos cortado la poca comunicación que tuvimos y, por lo mismo, sentí que lo más indicado para esta fecha era hacer lo que ya había hecho durante los años anteriores. Saludarla no tenía nada de malo. De hecho, más que una obligación, lo sentí como algo natural.
Ya ha transcurrido un año de eso y ahora de natural no tiene nada. En Junio, en una fiesta, por fin tuve la oportunidad de hablar con la novia de uno de mis mejores amigos, quien es, a su vez, su mejor amiga. Pese a que ya la había visto varias veces desde que terminamos, cada vez que le preguntaba por mi ex, ella se negaba a darme cualquier tipo de información. Esta vez, quizás con la ayuda del alcohol o de mi insistencia, su amiga soltó algo. “Ella lo ha pasado muy mal, ha sufrido mucho, pero ya por fin ha salido adelante. Eso sí, no se te ocurra volver a buscarla. Déjala tranquila.” Es todo lo que necesitaba saber. O eso pensaba.
En verdad no le dí muchas más vueltas al asunto. Un par de días después comenzó mi romance escandinavo y, bueno, toda la debacle que ha significado para mi vida. Sin embargo, ahora que las aguas se han calmado y las cosas por fin están más tranquilas, he vuelto a pensar en ella, en su día.
Terminar mi relación de casi 9 años ha sido una de las peores experiencias que he vivido. Hacerle daño a la persona más importante de mi mundo en ese momento fue un hecho que durante meses me hizo sentir una mierda humana. La culpa era insoportable. Cada vez que pensaba en ella, incluso el recuerdo más insignificante, me hacía recordar aquellas 3 horas de llanto y sufrimiento en la cama que, hasta ese día, compartíamos. Casi como una especie de instinto de supervivencia, mi mente la bloqueó. Y aún así, pese a ese bloqueo, su persona siguió causando un gran miedo en mi cabeza. Tenía terror a encontrármela en la calle o dónde fuera. Sólo imaginarme esa incómoda situación me ponía la piel de gallina.
Pero el tiempo ha pasado rápido y mi vida ha cambiado radicalmente. Reconstruí cada aspecto de ésta desde las ruinas de mi existencia anterior. Me hice de nuevos amigos y fortalecí mis círculos sociales y familiares. Reafirmé la confianza en mí mismo y mi autoestima al superar obstáculos de todo tipo, incluyendo una reciente vivencia cercana a la muerte. Coqueteé, seduje, amé y me rompieron el corazón; osea, toda la gama que podría experimentar en el terreno sentimental. Quedé en la bancarrota, gané dinero y volví a quedar quebrado; una montaña rusa financiera. En fin, un giro en 180 grados con respecto a lo que tenía antes, y todo esto en 15 meses.
“No se te ocurra volver a buscarla. Déjala tranquila.” Las palabras de la mejor amiga de mi ex resuenan en mi cabeza. Había pensado en escribirle para felicitarla por cumplir 31 el día de hoy, pero ¿qué significaría eso para ella? ¿Le haría bien? Es muy posible que mi saludo le provoque más emociones negativas que positivas. Y, aunque me cause mucha curiosidad saber cómo está y qué ha sido de ella durante todo este tiempo que llevamos separados, prefiero tomar la advertencia que me hizo su amiga. No quiero entrometerme en su “Soltería 101.”
viernes, 20 de diciembre de 2013
Sex/Life Special 03 – Fucking up and around
Everything was going smoothly. I rediscovered myself as a charming, smart and attractive young man. Never knew I was that until then, and started making good use of this new found sex appeal. Can't say I had an astonishing success, but it was good enough to shake off the remains of my long relationship and to finally leave it behind for good. I was a changed man. I was the Eduardo I wanted to be.
A few months after my break up, I was in Brazil. I arrived to Sao Paulo looking only for one thing: sex. I had already been talking with this Brazilian girl who lived there, so the moment I was in the city, I arranged a date. I mean, it wasn't a date; it was more like she was going to show me around. But, well, I was on fire and we ended up making out in a bar in Rua Augusta. The problem was that she wasn't as open minded or liberal as me (and the rest of the world) think of Brazilians, and popping the sex subject freaked her out. After that encounter we never met again.
During the rest of my stay in Brazil and for some days after I came back, there was this strange feeling harassing me. I kept thinking about this girl; not for the chance of fucking her that I missed, but for something else. We clicked. We had a connection, that one when the conversation flows, as well as the laugher, and you just vibrate in the same level, to the point when you start finishing the other person sentences. Yeah, she was special. I've found her, but I was too stupid to tell until there was no way to fix it.
I moved on pretty quickly. Didn't gave much attention to what happened back in Sao Paulo and kept the wild life in a more relaxed fashion. I was broke after so much traveling and partying. Had some more luck here and there but, suddenly, it all faded away. No sex for 4 months... until she happened.
I've gone over the vikinga issue for too long, so I'll just jump that part. What's important of that story is that I found out that I did want a relationship after all. The Brazilian girl was the first clue, a hint that I totally ignored for a while. Then it was very obvious when I found myself in love with this beautiful Norwegian, hoping she'd be with me forever. But she wasn't and there was nothing left. Or was it?
A month passed since she broke up with me from the distance and I came back to my old ways. Needed desperately to feel something different than sorrow. With all the sexual knowledge I inherited from the cold Scandinavia, fucking around became so easy. I gained so much expertise and self confidence during that relationship that it was a breeze for me to get started in the business again. But my sex ride involved messing up with people feelings. I fucked up more than I can forgive myself.
There's not much damage I can do now, sitting on my ass all day at home for the next 6 weeks, after I broke my left foot in the desert. Life, destiny, God, or all of them combined as karma, gave me the chance to rethink my life. I've hurt people after I got hurt, hurting myself in the process. That has to stop. I've fucked up and around, and now I'm fucked myself. Thought I wanted to be a womanizer and behaved like one, only to realize that all I wanted was what I first said I will never do again: to love.
jueves, 19 de diciembre de 2013
Sex/Life 15
domingo, 15 de diciembre de 2013
Sex/Life 14
jueves, 12 de diciembre de 2013
Sex/Life 13
martes, 10 de diciembre de 2013
Yo morí en San Pedro.
Sentado en mi cama, de regreso en Santiago, contemplo como mi vida anterior termina de caerse a pedazos. San Pedro de Atacama cambió mi existencia para siempre.
A todo el mundo le conté acerca del viaje que iba a emprender. Cuando me preguntaban cuál era mi motivación, yo les respondía: “voy a morir al desierto.” Me gustaba el impacto que creaba en la gente, luego del cual les explicaba que era una muerte más poética, espiritual. Esa era mi idea.
Los últimos meses habían sido muy difíciles. El alejamiento de la mujer que amaba sólo intensificó el vacío y la falta de sentido que me había seguido desde el comienzo del año, al quedar en la ruina luego de mis locos primeros meses de soltería. El fantasma de la bella noruega que por un tiempo hizo que mi camino cobrara cierto sentido comenzó a molestarme demasiado. Necesitaba olvidarla y de paso encontrarme a mí mismo para poder proyectarme en el futuro.
Seguí una especie de “llamado” que me condujo hasta el norte de Chile, a San Pedro. Aquel pueblo en el medio del desierto de Atacama parecía el lugar perfecto para desconectarme de la angustia de Santiago, de mi vida diaria. Como por arte de magia, todas las condiciones se dieron de forma perfecta para que yo acabara ahí aquel día Viernes 6 de Diciembre.
Mi primer día en San Pedro de fue de lo mejor. Estaba aburrido, mi hostal estaba desierta, nadie con quién hablar. Sí, yo buscaba tranquilidad, soledad; pero me estaba matando. De todas maneras, aquella noche lo decidí: “ella no me ama, no perderé más mi tiempo sufriendo por ella.” No más noruega, no más dolor en mi corazón.
Dormí muy mal, pero dormí. No había logrado hacerlo en las últimas 35 horas. En la mañana siguiente, alrededor de las 11 AM, pensé que sería una buena idea dar una vuelta por el pueblo y sus alrededores, antes de que el calor del desierto se intensificara al avanzar las horas.
Caminé por la avenida principal, Caracoles, hasta que las casas y la gente dieron paso a lo que en realidad estaba buscando: el desierto. Seguí caminando en línea recta, crucé la carretera y continué por entre medio de la tierra, las plantas secas y las piedras multicolores que adornaban el piso seco bajo el sol de mediodía. De pronto, lo vi. Un cerro pequeño color café claro se erguía majestuoso tras unas dunas más oscuras. Tenía que ir hacia allá.
Ya de cerca, las dunas de arena oscura y piedras no eran tan pequeñas como se veían desde lejos. Aún así, las logré cruzar sin mucho esfuerzo. Una vez abajo, me encontré de frente con aquel cerro. Si las dunas eran altas, este cerro era un monstruo. Al menos 400 metros sobre mí estaba la cumbre más alta, y la sola imagen de esta bestia de tierra era intimidante. Pensé en simplemente dar la vuelta y regresar, pero un impulso me llevó a al menos intentar subir un poco. “Ya estoy aquí”, pensé. Atravesé el terreno arenoso que me separaba del pie del cerro y comencé el ascenso.
Al igual que mientras cruzaba el desierto, grabé algunos minutos de video con mi teléfono móvil, para documentar mi proeza. Ya casi en la cima, me sorprendí de que, pese a lo cansado que estaba, aún tenía las energías suficientes como para seguir subiendo. Y lo hice. A los pocos minutos estaba a varios metros del piso, en el punto más alto del cerro que desde abajo se veía tan monstruoso. Me sentí genial. Vi cómo el haber realizado este acto que parecía imposible en un principio reforzaba inmediatamente mi autoestima, mi ego. Por fin San Pedro comenzaba a rendir los frutos que esperaba.
Grabé otro video, tratando de sonar profundo y reflexivo en mis palabras. Apilé unas rocas con la forma de la inicial de mi nombre, “E”, para dejar mi huella ahí. Pensé en quedarme unos minutos en ese lugar, contemplando el pueblo y el desierto desde la altura, pero el calor me empezó a molestar. Emprendí mi descenso.
La pendiente cerro abajo no era muy inclinada en los primeros metros de mi bajada. De hecho, era gracioso cómo la tierra se hundía si pisaba muy fuerte. El cerro parecía firme, pero estaba hecho de arena, barro seco y cristales de sal. Saltar desde alturas que en un terreno más duro sería doloroso, en este caso era fácil. Lo blando del piso amortiguaba bien las caídas.
A medio camino hacia abajo, la pendiente del cerro comenzó a hacerse cada vez más inclinada. En algunos puntos bajaba sólo para encontrarme con un barranco al que me acercaba sigiloso para ver la muerte segura que me acechaba si caía en él. Aún así, conseguía encontrar otra ruta que me permitía seguir bajando sin contratiempos. Lamentablemente, no por mucho.
Adonde mirara, sólo veía abismos. Había llegado a un punto de no retorno en el que se me acabaron las posibilidades de bajar de forma segura. Me armé de valor y comencé a bajar esta pared de tierra con cristales de sal sobresaliendo, brillando con la luz del sol. Logré así llegar bien hasta más de la mitad de la altura que me separaba del suelo. Entonces ocurrió.
Como los peores desastres de la historia, todo pasó en cuestión de segundos. Las protuberancias de tierra en las que apoyé mis pies no soportaron mi peso y los cristales de los que me afirmé tampoco. Comencé a deslizarme cerro abajo a gran velocidad, cubierto por una nube de arena que se colaba en mis oídos y ojos. El ruido de piedras y tierra cayendo sobre mí y a mi alrededor era ensordecedor. ¿Han oído que cuando uno está a punto de morir ve su vida pasar frente a sus ojos como una película? Yo no quise verla. Me aferré a la vida más fuerte de lo que traté de agarrarme a ese cerro que se desmoronaba sobre y bajo mío.
Mis piernas hicieron el trabajo más duro. Con mis manos me aseguré de no darme vuelta y rodar cerro abajo, mientras frenaba con los pies. Fue ahí cuando lo sentí. Mi pie izquierdo chocó con algo duro. Siguió un gran dolor que luego no sentí más. Cuando finalmente me detuve, a unos 20 metros desde donde comencé a caer, me senté, gimiendo de miedo y dolor, tosiendo el polvo que seguía cayendo sobre mí. Estaba vivo aún.
Miré dónde había caído. Todavía quedaban unos 100 metros para seguir bajando, pero con una pendiente menos inclinada. Estaba vivo, sí, ¿pero por cuánto tiempo más? Hurgué en mi bolsillo y revisé si mi teléfono celular aún funcionaba. Estaba intacto. Instintivamente lo puse en modo cámara y comencé a grabar. Sólo habían transcurrido unos pocos segundos de mi accidente, pero el panorama era desolador. Solo, con mi pie izquierdo roto, debía llegar abajo del cerro usando solamente un pie y tratar de alcanzar la carretera para conseguir ayuda, ya que estaba en una zona no turística. Grabar un video era la opción lógica. “No me arrepiento de nada... los quiero mucho” le dije a la cámara. Era mi despedida.
La carretera se veía a unos 2 kilómetros de distancia, y desde mi posición podía observar un camino que atravesaba las altas dunas que había cruzado para llegar al cerro. “Este desierto culeado no me la va a ganar” exclamé. Con mi pie derecho adelante y apoyando mi trasero en el piso comencé a bajar. Tenía que salir de ese maldito cerro. No me importaba cómo mis manos y mis nalgas se raspaban y cortaban con los cristales de sal o se quemaban con la tierra ardiente por el sol. Sonreí y traté de calmarme pensando en la gran anécdota que esta experiencia sería. Me imaginé a mi familia, a mis amigos... recordé a esa chica con la que quería tomar un café... quería mi vida de vuelta. No podía morir ahí, ni así.
Gritando de dolor y frustración llegué abajo. Lloraba de rabia y mis gemidos hacían eco entre el cerro y las dunas. Estaba completamente solo, no tenía idea dónde. El camino que creí divisar desde lo alto ya no se veía, todo era tierra y piedras. Me puse de pie, pero inmediatamente caí. El dolor de mi tobillo izquierdo era mucho. Me puse de pie nuevamente, esta vez sólo apoyando mi pie derecho, y así, saltando, logré avanzar tres tramos de unos 100 metros cada uno. Al final quedé exhausto. El calor y la altura me estaban desgastando rápidamente. Me senté en el piso caliente. Saqué el teléfono de mi bolsillo y llamé a la ambulancia. Contestaron. Les expliqué mi situación. “Espera, te llamaremos de vuelta.” A los pocos minutos, la voz de una joven al otro lado de la línea me calmó. “Hola, Eduardo. Te llamo de Bomberos. Vamos en camino.”
Transcurrieron unos 15 minutos hasta que oí las sirenas del camión de bomberos por primera vez. Por fin la ayuda venía por mí. Pero pronto el sonido desapareció, tras el cerro. La chica me llamó de nuevo y le dije que el camión pasó de largo. Ella me pidió más instrucciones y volví a esperar. Este proceso se repitió varias veces.
Tras una hora y media del accidente, el sol comenzó a afectarme. Perdí más de la mitad del agua de la botella que llevaba conmigo al caer. El impacto la aplastó y vertió casi todo el líquido en la arena. No había sombra por ninguna parte y ya eran casi las 3 de la tarde, la hora de más calor en Atacama. “Creo que me voy a desmayar” le dije a la operadora cuando me volvió a llamar. Sentía cómo lentamente mi cabeza se sentía más ligera y mis ojos más pesados. “No te preocupes, yo voy a estar contigo. No dejes de hablarme” dijo ella. Seguí dándole instrucciones por media hora más, hasta que oí que alguien gritaba mi nombre tras las dunas oscuras. “¡Acá!” grité. Estaban cerca.
Transcurridas dos horas bajo el intenso sol del desierto, casi como un espejismo, divisé una silueta humana asomándose al tope de la duna más lejana a mí. Comencé a agitar la delgada chaqueta de tela que llevaba conmigo en el aire y a gritarles para que me vieran. “Ya me encontraron” le dije a la chica al otro lado del teléfono; “muchas gracias por todo.”
Dos hombres y una mujer llegaron a mí, con una camilla de plástico amarillo fosforescente en la que me ataron e inmovilizaron, para luego llevarme a la ambulancia. Reí. Estaba a salvo. Tan tranquilo estaba que ni siquiera me molestó la larga y gruesa aguja que enterraron en mi brazo para ponerme suero y llevarme a la pequeña clínica del pueblo. Ya todo estaría bien...
Tras casi dos días de travesía desde mi tragedia, me encontré con mi pie enyesado, volando desde Calama de regreso a Santiago. Tenía una fractura horrible que me impediría caminar por un tiempo, pero el dolor era soportable. La angustia por la gran cantidad de dinero que había gastado dolía más. Una de las azafatas del avión se acercó a mí con una bandeja con bocadillos. Saqué el plástico protector y tomé el chocolate que había entre las demás cosas. Le dí una mordida y cerré los ojos para saborearlo. Comencé a llorar. Estaba delicioso y yo estaba vivo para probarlo. Estaba vivo.
sábado, 7 de diciembre de 2013
La muerte en el desierto
Estoy recostado en calzoncillos en la cama de la hostal. Frente a mí, mi pie izquierdo hinchado y vendado, irreconocible. Hace unas horas casi me mato bajando un cerro de tierra y cristales de sal, en medio del desierto, a un par de kilómetros de la ciudad.
El paisaje era sobrecogedor. Estaba completamente solo, bajo el ardiente sol del mediodía. Caminaba sin rumbo fijo, hasta que vi esas grandes formaciones rocosas. Me decidí a escalarlas, incluso cuando estuve frente a ellas y se veían mucho más grandes...
viernes, 6 de diciembre de 2013
San Pedro de Atacama
Llegué. Logré dormir media hora en el bus, lo que me despertó un poco. No he tenido tiempo de hacer muchas cosas, pero sí mi mente ha estado bastante activa. "¿Qué estoy haciendo aquí?" se pregunta constantemente.
Calama
No he dormido nada. Llevo unas 30 horas más o menos despierto. El bus ya ha atravesado la mayor parte del camino a San Pedro. Ahora estamos cruzando Calama, una ciudad fea y seca como el desierto que la rodea. Aquí no hay nada más que casas pequeñas, un mall y un casino. Está plagado de automotoras. La gente tiene mucha plata y la gasta en pura mierda, como autos nuevos. No hay nada que hacer aquí, sólo pasar rápido y sin detenerse en el camino a un lugar mejor...
5:37 AM
Terminal Nacional, Aeropuerto de Santiago. La última vez que estuve en un aeropuerto fue para ver cómo la mujer que amaba se iba de América y de mi vida. Gracias a este “lindo” trauma, la corta espera que debo hacer antes de que mi vuelo a Antofagasta permita el abordaje es una mezcla desagradable entre nostalgia y angustia. Si a esta combinación le agregamos la puta acidez estomacal que tengo ahora debido a las 7 cervezas que bebí anoche, y le sumamos mi insomnio de esta noche, no podríamos decir que mi viaje a San Pedro de Atacama está comenzando de buena manera. Por otro lado, a veces las cosas que comienzan mal terminan bien. Tengo fe que ése es el caso ahora.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Viajes
Buenos Aires, Argentina. Octubre - Noviembre 2012: mi primer viaje solo. Siempre había viajado con mi familia, amigos o mi ex. En cambio, Baires fue de verdad. Eduardo Hernández, solo contra el mundo. Fui en busca de sexo y, aunque no lo encontré, descubrí algo mucho más importante: soy mucho más y mejor de lo que creía.
Sao Paulo, Brasil. Enero 2013: nuevamente, motivado por mi búsqueda sexual, tomé un avión. Esta vez el destino fue Brasil, donde fui recibido por mi gran amigo Marcelo, a quien conocí en mi primer viaje a Buenos Aires. Una vez más, no tuve sexo, pero me encontré con una revelación. Existe algo más que sólo el intercambio de fluidos corporales. La chica que conocí allá me permitió darme cuenta de eso; lamentablemente yo ya había sellado mi destino con ella y no hubo nada más entre nosotros que sólo una cita muy buena.
Buenos Aires, Argentina. Julio 2013: este viaje ya lo he comentado mucho. No necesitaba buscar sexo, ya había tenido bastante. Era el amor lo que me llevó de vuelta a Baires. Por primera vez encontré lo que estaba buscando en un viaje. No hubo necesidad de revelaciones, descubrimientos ni segundas miradas. El amor estuvo ahí desde que puse un pie en aquella ciudad hasta que me marché.
San Pedro de Atacama, Chile. Diciembre 2013: el último viaje de este año y de mi vida cómo la conozco. El amor fue maravilloso; la pérdida de éste ha sido una tortura. Este viaje tiene por objetivo recuperarme definitivamente del dolor, pero más que eso, su sentido último es morir. Mi muerte en un sentido poético, espiritual. Dejar morir lo malo de mí en las arenas del desierto más árido del mundo para volver sano de cuerpo, alma y mente. ¿Expectativas muy altas? Quizás. Espero que la buena racha del último viaje a Baires me siga en éste y que vuelva a encontrar lo que quiero. Espero esta vez encontrarme a Mí.
lunes, 2 de diciembre de 2013
Sex/Life Special 02 – The Cupid paradox
1. E + E: this is the first one and most important I can recall. I met this American girl E at a friends birthday. We got along and started “dating” as friends. At the same time, we met this dude E and some other people with whom we hung around and became friends. E and E had some chemistry, but this E guy was too respectful to do anything about it, because he knew I was after her. Then, when I finally decided to make my move, stuff didn't work as expected. She, E, said she only liked me as a friend. I got immediately heartbroken, but moved on pretty quick. A couple of days after that I dated a Norwegian girl (a.k.a. “the vikinga”) and, well, the rest is old history... But what happened to E and E? After my vikinga deal, E changed her mind, but it was too late. I broke her heart twice and guess who was there to help her forget me: E! They started dating, became boyfriend and girlfriend after a few weeks and continued their relationship after she went to Spain. They are still in a long distance relationship. E has gone to see her to Europe and they are very much in love. As I like to say when I tell the story “E had to meet the wrong guy to meet the right one.” Yeah, the wrong guy is me.
2. L + M: my cousin L is like my older sister, and I'm like her only brother, given the fact my uncle and aunt decided not to have any more children after her. We always tell everything to each other, and we are very likely to always end up discussing our love life. That's how I got to advice her about this on and off “just sex thing” she was having with M. She liked him a lot, but was too proud to “fall for him”. Well, she was right about that: the guy was a player. But love was all around, and slowly and steady the feeling grew on both of them. L freaked out and ended up things, but she wasn't feeling sure about her decision. This situation was too similar to what happened to me and the vikinga, so I had to step in. “You like him and he obviously likes you too, stop fucking around and do something about it” I told L. A couple of months after that, they are already engaged to be married starting 2014. M is really grateful, as well as is L.
3. M + E: this one is the latter yet the one that made me realize my role as Cupid in this world. I met M at the Hash, my running group, and I found her to be “very interesting” (if you know what I mean). I invited her once to the language exchange thing I used to go to, Spanglish, and a few days later to a club. I went to this club with two friends of E guy, one of whom I named Jesus Christ (for his resemblance to the son of the Lord). I tried my best to hit on M, even taking the whole pack back to my apartment to keep drinking and partying. The result? M and E (Jesus) making out in my kitchen while I was singing sad karaoke songs with the other guy. They went to this whole problem to commit thing, mostly because M is American and she was going back home soon. I advised her a couple of times; I was seeing the whole “vikinga dilemma” here too and felt obligated to intercede, specially because M made me her Chilean BFF. Luckily she took my advice and followed her heart. I met these two lovebirds at Thanksgiving dinner and they looked very happy. I talked to M before leaving and she was so in love I could feel the love too when she told me her plan of staying here in Chile with E and then eventually moving back to the US with him. This made me feel so good I still smile when I remember M's face.
As for me, I've failed completely to have a decent love life. With the vikinga we had a sex thing that quickly escalated when we fell in love with each other, but all that ended not long after she left Chile for good. Before that, stuff wasn't working in the heart department, and after... well... describing it as a train wreck would be too kind.
There's a saying in Spanish, “en casa de herrero, cuchillo de palo”, which would relate to the English saying “the shoemaker's son always goes barefoot.” It's true. The sooner I accept my fate as a matchmaker rather than a lover, the better. It's the Cupid paradox: I am here to help others to love, to be just a step or a facilitator in God's romantic masterplan. I feel like in a Jennifer Lopez lame romantic flick from the mid 2000's.
I censured the names of the persons involved in this story. Don't wanna be sued or ass-kicked.
domingo, 1 de diciembre de 2013
Tarot
Mi madre es una mística. Al verme perdido, confundido y lleno de dudas, decidió poner en práctica su don para ayudarme. La llegada del cumpleaños de la vikinga no era lo único que me tenía preocupado y a la vez sintiendo angustia. Era todo. Encontré qué es lo que quiero hacer de mi vida, mi camino, pero no tenía idea de cómo llegar allá. Esto, sumado a mi complicada vida sentimental, ponía las cosas bastante de cabeza. “Voy a leerte el tarot” me dijo mi mamá. Este viernes las cartas, literalmente, estaban tiradas.
Mi futuro cercano está lleno de decisiones importantes que tomar. La mayoría son opciones que aún no se me presentan, pero que le darán un giro a mi vida. Todo comenzó desde el momento que me senté frente a esas cartas con extrañas ilustraciones que a la vez tenían un significado tan fuerte. O quizás ya había comenzado algunas horas antes, cuando decidí seguir aquella visión que me decía que debía ir a San Pedro de Atacama.
El próximo vienes estaré en medio del desierto. Parece un plagio a “El Alquimista” de Paulo Coelho, pero es algo que vi y que debo hacer. Esta ciudad me está asfixiando. Desde que volví de Buenos Aires y perdí el amor de la mujer que más intensamente he amado, mi mundo se desmoronó. El lado positivo es que la pérdida me motivó a buscar desesperadamente llenar el vacío de mi existencia. De la destrucción de mi mundo surgió un nuevo universo, el cual quiero purificar bajo el sol del Atacama, en la arena, la nada.
Creo que la lectura del tarot me marcó. Dio una luz entre tanta niebla y reveló interesantes posibilidades para mi futuro existencial y sentimental, además de una serie de situaciones que ocurren en el presente, a mi alrededor, que nunca imaginé. No puedo adelantar los eventos que están por venir, pero estoy mucho más preparado para reaccionar ante éstos y tomar las decisiones correctas. Al parecer tenía razón desde el comienzo. Esta semana mi vida sí cambió.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Movember 2013
Este año yo me uní a Movember (November + mustache/mo = Movember), haciendo un pequeño aporte al dejarme crecer y mantener este vello facial, alejando a todas las chicas de mí y teniendo complicaciones como comida atrapada en el bigote o los pelos del mismo metidos a cada rato en mi boca. Hoy es el último día de esta gran causa, y por lo mismo subo orgulloso la foto del comienzo y del final de mi travesía por las tierras misteriosas del cabello sobre los labios.
Visita mi perfil de Movember aquí y dona dinero para esta obra.
sábado, 23 de noviembre de 2013
Sex/Life Special 01 – The Black Keys, defining my love life
I'm not the one: well, I've been quite lost in terms of what the fuck I want out of life, specially from relationships. That had leaded me to hurt girls when I “escaped” from them after realizing that I'm not doing what I really want, or for any other conflict going on in my head at the time.
Howlin' for you: then, after fucking up a lot, I met her. Not much to say about it. She drove me crazy.
Everlasting light: she took her time, but she finally accepted me as her man, her light in this dark world.
You are the only one: she was “the One.” I loved her so much I didn't have control over my feelings, my emotions, myself. All I wanted was her, she was all I needed and wanted...
She's long gone: title says it all. No more comments about that.
Never gonna give you up: I have had a really hard time letting her go. All these tears in my eyes...
Next girl: setting standards for the following girl, after accepting the last one ain't coming back. I promised her -and myself- I'd never settle with anything less than what I had with her, so... well... fuck it, I need to make a point here!
Too afraid to love you: I'm broken inside, of course I'm scared to love again. It's no easy task for a broken heart.
And that's basically it. Other songs may have relevance to my story as well, but these are the more significant. It's weird how this music came in my life in a very right timing. I hope the next record to define my love life be much more happy and optimistic than this one.
viernes, 22 de noviembre de 2013
Viernes triste
He pensado bastante en ella. La música, los lugares, la gente, es como que todos confabularan para traerla de vuelta a mi mente. Es como si tuviéramos una deuda pendiente que el destino se está encargando de recordar. No sé. He tratado de sacar lo mejor de todo esto. Meditar. Reflexionar. ¿Cuál fue su misión en mi vida? ¿Por qué vino y se fue? ¿Para qué? He sacado algunas conclusiones, pero creo que no es el momento todavía de sacarlas a a luz. No aún.
Los gringos tienen el concepto “soul mate”, que se traduciría como “compañero de alma.” Me encanta. Los latinos somos mucho más románticos y sólo usamos “mi alma gemela”, como si no hubiera otra persona más para nosotros en el mundo. Ella ya no está acá y probablemente nunca vuelva a verla. Sería terrible que de verdad ella haya sido LA mujer de mi vida. Significaría vivir por el resto de mis días en el vacío que siento ahora. Porque, pese a que ella ya no está, aún siento esa agradable sensación en el pecho de vez en cuándo, esa “conexión” que tenía cuando a veces hablábamos o simplemente nos quedábamos mirándonos fijamente a los ojos, mudos.
Sé que debo aceptar mi pérdida y dejarla ir. Tener fe de que alguna vez tendré esa conexión con alguien más, y que ésta vez será por más tiempo. Por mientras sólo me queda sentir intensamente esta tristeza que invade mi ser, esperando que en algún momento este sentimiento pierda fuerza y se agote. Esperando que el próximo Viernes no sea triste. No de nuevo.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Sex/Life 12
martes, 19 de noviembre de 2013
Sex/Life 11
domingo, 17 de noviembre de 2013
Gratitud
Es muy fácil, mientras hacemos el recorrido de nuestra existencia, considerar obvias muchas cosas. Una vez las que conseguimos, seguimos adelante, buscando conseguir lo siguiente. Pero, al igual que nuestra vida no esta garantizada, tampoco lo están los elementos que la componen. Desde cosas materiales, habilidades o conocimientos, hasta personas. Nada puede darse por sentado. No tenemos ningún poder por sobre los eventos que nos rodean ni mucho menos sobre lo que es ajeno a nosotros mismos.
Ante esta visión, que puede parecer pesimista, parece no haber opciones. Sin embargo, la clave para lidiar con esto es muy simple: gratitud. Ser agradecido es un acto elevado y de enorme poder. Nos da conciencia de qué es lo que tenemos, pero, más que eso, lo integra como parte de nosotros. Al agradecer lo mucho o poco que tengamos, alimentamos nuestro espíritu con dicha. Detenerse de vez en cuándo y redescubrir nuestro mundo es un ejercicio que se siente muy bien.
La naturaleza humana es imperfecta. Cada uno de nosotros tiene virtudes, pero también falencias. Aceptar aquellas imperfecciones es difícil, pero al hacerlo y tener conocimiento de éstas, el enfrentar nuestra vida se hace mucho más llevadero. Tener presentes nuestras limitaciones nos hace más fuertes, y el agradecer nuestras virtudes nos permite tomar el control de las herramientas con las que contamos para enfrentar la vida.
Por otro lado, ¿qué sería de nuestra vida sin las personas que nos rodean? Es cierto que a veces elegimos la compañía errónea, pero agradecer por nuestra gente siempre es un buen método de descarte. Cuando nos damos cuenta de que las razones para estar agradecidos de la presencia de alguien en nuestra vida son mucho menores que las justificaciones para aún mantener a ese alguien con nosotros, es la mejor forma de “limpiar el plato” de nuestro entorno. De la misma forma, es en estos momentos en que descubrimos a quiénes sí valen la pena. Es una oportunidad de fortalecer los lazos que nos unen a esas personas. Sean amigos, pareja o familia, el vínculo por sí solo no sirve. El amor, el respeto y la preocupación por el otro es lo que mantiene viva esta unión. Olvidar ésto es lo que hace que las relaciones se quiebren o se desgasten de forma irreparable.
Ni la vida ni nada de lo que hay en ella son eternos. Agradecer cada día por lo que tenemos es un acto de vital importancia. No esperes hasta perder algo o a alguien para darte cuenta de lo importante que era para ti. Comienza con la gratitud ahora.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Imperfection
Imperfección
lunes, 11 de noviembre de 2013
111
Googleando por ahí llegué a una web de Numerología, la “ciencia” que estudia los números y su significado desde una perspectiva mística. En este sitio descubrí que cada uno de nosotros tiene un número, el cual se calcula sumando todos los dígitos de nuestra fecha de nacimiento y luego reduciéndolos a un solo dígito. Esta cifra, en mi caso y en el de la vikinga, era 11, un “número maestro”, que por su significado superior no se reducía como los demás. Ya todo comenzaba a tomar sentido... hasta que nuestra relación se acabó.
Últimamente de nuevo me han comenzado a “perseguir” los números, pero esta vez es el 111 la cifra que se repite constantemente. ¿A alguien le pasará esto o seré el único que se anda fijando en los números? ¿Habré comenzado a perder la cabeza o el Universo está tratando de decirme algo que soy muy estúpido para entender? En fin... no pude haber elegido un mejor día para publicar esto: 11/11.
jueves, 7 de noviembre de 2013
Sex/Life 10
martes, 5 de noviembre de 2013
Soltería 101 - Capítulo 16 - La ironía del copiloto
Por otro lado, el que mi compadre haya estado en pareja durante todo este período de soltería ha sido una ventaja. Este tiempo estuve completamente solo. Solo en la jungla, en el Mercado de Carne, en Buenos Aires, Santiago y Sao Paulo. Solo enfrentando al patchwork, vikingas y otras féminas. Eduardo, solo contra el mundo, en riqueza y pobreza, felicidad y depresión, éxito y fracaso. Así fue que sobreviví, pese a todo, y lo hice bien, sin necesidad de tener a mi amigo a mi lado, de copiloto. Una misión que al principio consideré imposible, pero que con el pasar de los meses pude cumplir y salir airoso de ella. Pero ahora que él está soltero también, ¿qué?
Desde que mi amigo terminó he pasado todos los días con él. Lo he acompañado, cerveza en mano, durante seis jornadas. Me aseguré de invitarlo a las tres fiestas de Halloween que tuve y de presentarle a mis amigos y conocidos. Básicamente, estoy tratando de integrarlo a mi nuevo mundo, a mi círculo social construido con esfuerzo durante los últimos 14 meses. Irónicamente, estoy cumpliendo la tarea que siempre pensé que él tendría una vez que yo le pusiera fin a mi relación. ¡El mundo al revés!
Todo esto se siente bien y mal al mismo tiempo. Para él, terminó una relación. Para mí, se acabó una era. De ninguna forma detesto que mi mejor amigo pase a formar parte de mi soltería. De hecho, puede ser de gran ayuda ahora que por fin he logrado superar por completo mi corta, pero fulminante relación anterior. Pero no puedo evitar pensar que ya no será lo mismo. Ya no soy el hombre débil y sin experiencia que necesitaba ayuda para acercarse a una dama. Las cosas han cambiado, y bastante. ¿Necesito aún un copiloto?
No sé si tenga mucho que ver con todo lo anterior, pero ayer hablé con la ex de mi compadre. Ella me cae muy bien, fue la primera mujer con la que tuve la oportunidad de conversar tras apenas una semana de haber terminado. Esta vez quise regresarle el favor. Entre toda la conversación, ella mencionó el nombre de la vikinga, tratando de explicarme lo que sentía en ese momento. Un rato después, camino al gimnasio, recordé lo que me dijo y al personaje en cuestión. “Mierda, gracias por recordármela” pensé con rabia, pero luego sonreí. Ya tenía alguien de quien acordarme con nostalgia, que es algo que nunca sospeche que tendría un año atrás.
Creo que, luego de recordar este episodio, es fácil darme cuenta de que no necesito un copiloto. A decir verdad, es más probable que mi copiloto me necesite a mí. Porque, ¿a quién no le gustaría tenerme a su lado con toda la experiencia que he adquirido en los insondables recovecos de la soltería?
domingo, 3 de noviembre de 2013
Sex/Life 09
martes, 29 de octubre de 2013
Vida moderna
Respiramos para no morir, no morimos para seguir respirando...
Hasta aquí parece que todo está mal, pero se puede salir del círculo. Podemos ser dueños de nuestra vida y nuestro tiempo si sacrificamos ciertas comodidades o lujos y vivimos una vida más austera, de tal manera de no tener que esclavizarnos en un trabajo “rentable”, pero que no nos llena. Pero, más importante que eso, si hurgamos en nuestro corazón podremos encontrar nuestra verdadera pasión. Si lo conseguimos, el trabajo parecerá diversión y el dinero que ganemos con éste, un premio. Esa es mi meta y espero que lograrla inspire a más personas a luchar por conseguir las suyas. Ese sería por supuesto un gran premio adicional.
Sex/Life 08
lunes, 28 de octubre de 2013
Buenos Aires
Terminar provocó un gran cambio en mi vida, comencé a tomar mis propias decisiones y el control de mi existencia luego de esta dolorosa primera elección. Pero este viaje, que en un comienzo parecía una muy buena idea, me aterrorizaba. ¡Iba a viajar completamente solo a un lugar desconocido! No sabía qué situaciones iba a enfrentar ni qué peligros me aguardaban, ni mucho menos si tenía lo que necesitaba para superarlos. Sí, estaba cagado de miedo.
El primer día en la hostal fue una mierda. Llegué al Milhouse Hipo para quedarme sólo un par de días. Una hostal de fiesta no parecía algo que yo quisiera hacer por mucho más tiempo que eso, y las primeras horas en la capital argentina me estaban dando la razón. Estaba y me sentía completamente solo y fuera de lugar. En una ciudad extraña, rodeado de extranjeros y en una habitación con otros 7 extraños. No dormí nada y la pasé pésimo la primera noche.
El segundo día comenzaba a verse horrible de nuevo, hasta que comencé a hablar con uno de mis compañeros de cuarto, un brasileño buena onda. Salimos a pasear por la ciudad, nos tomamos una cerveza en la 9 de Julio y vimos el Clásico River vs Boca. En la noche compartimos más cervezas con otros brasileros y terminamos con ellos, a las 4 o 5 de la madrugada, en un bar de mala muerte, en medio de una de las peores tormentas del año. De vuelta en la hostal, completamente mojado y un poco ebrio, estaba feliz. Ese sentimiento me acompañó los otros 10 días que estuve ahí.
Nunca más me moví del Milhouse. Casi no conocí la ciudad, caminé un poco por ahí y por allá, visité algunos sitios cercanos a la hostal, pero la mayor parte del tiempo estaba bebiendo y compartiendo con extranjeros. A los pocos días casi todos me conocían. “¡Eh, Chile!” me saludaban. Me sentía genial, popular. Un sueño hecho realidad.
No conseguí sexo durante mi viaje. Conocí a una brasilera de la hostal en una disco, nos dimos unos besos y al otro día salimos a pasear por la ciudad con su amiga. De repente me sentí como en una especie de relación y tuve pánico. No es lo que estaba buscando, para nada. No voy a negar que fue una buena experiencia. A casi dos meses de haber terminado ni siquiera le había dado un beso a otra chica. La brasilera fue mi primera, al menos en eso.
Como no obtuve lo que estaba buscando con esta chica (sexo, básicamente), esperé a que se fuera y volví a intentar con otras. No pasó nada de nada, pero tampoco lo pasé mal. Conocí más gente aún y celebré como si el mundo se fuera a acabar. No había tiempo para descansar ni un minuto que perder.
Llegué a Chile con 5 kilos menos en el cuerpo y varios amigos nuevos en Facebook, con los cuales compartí de nuevo cuando vinieron a Santiago. Pero, más allá de la gente, lo más valioso que obtuve de este viaje fue el cambio que generó en mí. Hasta antes del viaje, me mantuve en lo que llamé “el clóset de la soltería.” ¡En Buenos Aires salí del clóset! Saben a lo que me refiero.
El tiempo vuela, los cambios quedan. Mi primer viaje a Buenos Aires cambió mi vida y, mágicamente, cada decisión que tomé desde ese momento me hizo volver ahí algunos meses después, persiguiendo el amor, para luego regresar a Santiago a tratar de sobrevivir a éste. Si eso, entre muchas otras cosas, pasó en un año, siento curiosidad sobre qué es lo que podré reflexionar de todo esto en el siguiente aniversario. Va a ser mucho mejor, eso es seguro.
viernes, 25 de octubre de 2013
Matrimonio
Consideró que mi prima vendría siendo mi primera “clienta” como gurú de la Autoayuda. Al mismo tiempo, no puedo evitar pensar que ese podría haber sido yo. Seguir siempre mis propios consejos y hacerlos parte de mi vida. Pero soy humano y aún me falta un buen tramo para llegar al camino de la Luz. En el intermedio trataré de aprender lo más que pueda, cagándola lo menos posible. Por lo menos comencé bien. El amor triunfó. No en mí, pero sí en mi prima.
Sex/Life 07
jueves, 24 de octubre de 2013
Sex/Life 06
Post #100
Amor y odio, ficción y realidad, temas profundos y mucha intrascendencia. Todo esto condensado en 100 posteos que he publicado desde Diciembre de 2006. Y así como las temáticas de mis publicaciones han ido cambiando, también lo ha hecho mi vida. De ser un hombre-niño con miedo a enfrentar su vida solo y tomar sus propias decisiones, a un galán falso que tuvo al mundo y a las chicas a sus pies, hasta este momento en que busco la paz espiritual y el equilibrio entre los dos polos de mi personalidad.
En estos casi 7 años mi mente se ha expandido, al igual que mis inquietudes. Comencé escribiendo ficción sobre personajes muy parecidos a mí (Alternogay y Alterno), que vivían las vidas que me hubiera gustado tener a mí. Desde la distancia que me permitía este ejercicio creativo, sólo veía lo bueno de estas existencias. Ahora, con el control de mi vida en mis manos, mi antigua ficción se hizo realidad. Ya no tiene sentido escribir de otra cosa que no sean mis vivencias actuales, mucho más agitadas de lo que pude imaginar en los primeros años de mis veintes.
Ya tengo 30 años. He vivido. Claro, la mayor parte de esa vida se ha concentrado en los últimos 2 años, pero ha valido la pena toda esa intensidad. No sé si mi madurez o crecimiento se han plasmado en mis palabras durante este período, espero que sí; y así también espero poder alcanzar en algún momento, pronto, los 200 posteos, para poder detenerme nuevamente y contemplar hacia atrás como ahora, sintiéndome feliz de lo que he alcanzado entre medio.
martes, 22 de octubre de 2013
Sex/Life 05
Sex/Life 04
Sex/Life 03
Sex/Life 02
lunes, 21 de octubre de 2013
Sex/Life 01
Sex experiments and stuff!
PS: stories may not necessarily be true
Edit: I came up with a name for these experiments. From now on they will be labeled Sex/Life.
En vista de que el inglés vendría siendo mi segundo idioma, voy a explorar escribiendo en ese lenguaje contenidos que no escribo en español. Veremos qué pasa.
PD: las historias no necesariamente son reales
Edición: se me ocurrió un nombre para estos experimentos. Desde ahora esta sección se llamará Sex/Life.
sábado, 19 de octubre de 2013
Elegir
Tomar una buena decisión requiere de sabiduría y coraje. Al igual que en el mundo que nos rodea, en la vida hay una gran gama de colores, lo que significa que no siempre tendremos que elegir entre dos tonalidades completamente distintas, blanco o negro. Saber identificar qué opción tomar y tener el valor para enfrentar las consecuencias de esa decisión es vital para mantenernos bien encaminados.
La honestidad toma un rol fundamental en cualquier elección que hacemos. Sincerarnos con nosotros mismos y llevar esta verdad a la realidad debería ser siempre nuestra primera prioridad. Tomando esta actitud no sólo nos aseguramos de no tomar decisiones influenciados por los demás o el entorno, sino que tomamos el control de nuestra vida y seguimos un camino en concordancia con nuestros deseos.
Llegan momentos, sin embargo, en que la elección es mucho más compleja. Cuando nuestra decisión no sólo nos afecta directamente a nosotros e influye también sobre la vida de otras personas, entran en juego otras variables. Nuestra empatía con el otro se entremezcla con la culpa que nos generaría pasar a llevar sus intereses al momento de elegir. Nuevamente la honestidad puede ser la mejor guía. ¿Es mejor, por evitar un daño menor, tomar una opción que a la larga generará un daño mucho mayor? La respuesta es bastante obvia.
Vivir en plenitud implica tomar conciencia de nuestras acciones, ya que toda consecuencia de éstas, errores o aciertos, serán nuestra responsabilidad. Por otro lado, esta responsabilidad también representa un gran poder. Tomar decisiones, elegir, nos da control sobre nuestra vida. Porque el camino está plagado de rutas alternativas, y al elegir reducimos todo ese ruido que de no tomar una decisión retumbará por siempre en nuestras cabezas. Las posibilidades son infinitas, el pasado es sólo uno. Has lo que sientas cuándo lo sientas.
Publicado en Publimetro Chile.
viernes, 18 de octubre de 2013
Identidad
Como todo en la vida, encontrar el balance es fundamental. Dudo que yo sea uno u otro extremo de mi personalidad, creo que más bien soy en parte los dos y en gran medida ninguno, porque el verdadero Eduardo yace en el medio. Es mi misión encontrarme en ese centro, descartar lo que no me gusta de ambas formas de ser y potenciar lo que me gusta de éstas. Se ve una tarea complicada, pero si no me encuentro a mí mismo, ¿la vida de quién viviré? No la mía, eso está claro.
jueves, 17 de octubre de 2013
Aura
En tiempos de confusión nos aferramos a cualquier cosa que parezca tener sentido. De todas formas, me considero un hombre flexible y abierto al cambio. Estas cosas místicas a veces podrán sonar completamente irreales y hasta infantiles, pero si no las vives no podrás comprender cómo sí pueden tener un efecto positivo en tu vida. Y, créanme, necesito algo positivo con urgencia. Al menos creo que estoy en el camino indicado. Haré desde este momento lo que mi corazón me dicte y dejaré de lado mi cabeza por un rato. La vida se da mejor si la vives más y la piensas menos.
lunes, 14 de octubre de 2013
Soltería 101 - Capítulo 15 – Corriendo por la vida
Entusiasmado con mi nuevo estado físico y mi excelente resistencia, decidí llevar mi práctica deportiva más allá del gimnasio. Comencé a correr con mi hermano una vez a la semana, e incluso participé en una corrida de 10 kilómetros por Santiago. Todo esto hasta que mis rodillas no resistieron y tuve que parar por un tiempo. Y, luego de ese tiempo, no eran precisamente las rodillas lo que se me agotó. Apareció la vikinga y drenó todas mis energías con su pasión escandinava.
De vuelta en Santiago, tras esa mágica semana en Buenos Aires, estaba destrozado. Mi corazón no bombeaba sangre, sino lágrimas. Apenas podía comer o dormir, sólo podía pensar en mi bella amante nórdica. Entonces llegó mi salvación: correr. Aquella actividad que había dejado relegada a simplemente un recuerdo fue y sigue siendo uno de mis mayores soportes. Pero no es el deporte en sí mismo, es el nuevo enfoque que tomó para mí lo que me ayuda.
J, la chica que propició la serie de eventos que desencadenaron en mi fulminante relación con la vikinga, me llevó también a descubrir el Hash y así, mi nueva vida. Porque el Hash no es sólo un grupo de gringos y unos pocos chilenos que se juntan Sábado por medio correr por algún lugar de Santiago o sus alrededores. No, es mucho más que eso. Según su propio lema “it's a drinking club with a running problem” (es un club para beber con un problema de correr). Porque el deporte es sólo una excusa para luego beber sin culpas y pasar un buen rato con los integrantes del grupo, alrededor de una buena parrilla y mucha cerveza.
Ya van 6 veces que he asistido a esta maravillosa actividad. Luego de la quinta vez fui bautizado con un nombre de connotación sexual, que es lo que se estila en este grupo. Dejé de ser Eduardo y me convertí en Veni V.D. Vici (una modificación de un dicho en latín y que, en inglés, da a entender que tengo una enfermedad venérea -V.D.-). Desde ese momento pasé a formar parte del Hash y les puedo decir que es simplemente genial.
Hace un tiempo, creo que antes de empezar a correr, leí un artículo sobre cómo este deporte se convirtió en una moda que llegó a Chile hace unos años. Ahí señalaban que la mayoría de los nuevos corredores eran hombres de mediana edad, que más que por su estado físico, salían cada tarde o mañana a correr para huir de sus problemas. ¿De qué estoy huyendo yo? De muchos fantasmas, creo. Sin embargo, tengo fe. Corriendo por la vida he logrado escapar de ellos. Estoy seguro que cuando me detenga ya se habrán cansado de perseguirme.
Algunas de mis imágenes en el Hash (soy el flaco de camiseta Adidas gris):
Bautizo: de Eduardo a Veni V.D. Vici
Hash #134: Don't Mess with Texas hash
Más info en http://santiagohashhouseharriers.blogspot.com/
domingo, 6 de octubre de 2013
Melancolía.
No puedo huir de mí mismo ni mi sufrimiento, así que decido vivirlo y sentirlo de verdad. Ser fuerte no significa no sufrir, sino que es encarar el dolor y hacerlo tuyo hasta que la herida no sangre y se convierta en una cicatriz tan dura que nunca volverá a dañarse, no de la misma forma. La vida es una batalla, una guerra hermosa en la que perdemos y somos heridos, pero que al final de la lucha nos da un gran triunfo: la felicidad.
viernes, 4 de octubre de 2013
Para qué.
Doctor: -¿Por qué ha venido aquí, señor?
Hombre: -Porque quiero vivir hasta los 100 años.
Doctor: -¡Ah, muy bien! Dígame, ¿usted fuma?
Hombre: -No, doctor, nunca he encendido un cigarrillo en mi vida.
Doctor: -Perfecto. Entonces, me imagino que bebe.
Hombre: -¡Para nada! Soy abstemio, me da asco el licor.
Doctor: -Drogas ni hablar.
Hombre: -¡Nunca!
Doctor: -Interesante. ¿Y qué tal es para comer? Me imagino que le encanta la buena mesa.
Hombre: -La verdad, doctor, es que sólo como alimentos saludables y orgánicos, en la cantidad justa.
Doctor: -Mmmm... ¡Ah, pero ya sé! Usted es un galán, le gusta ir de mujer en mujer, ¿o no?
Hombre: -De ninguna manera, soy un hombre felizmente casado y soy muy fiel a mi esposa, aunque rara vez tengamos sexo.
Doctor: -Entonces, una última pregunta: ¡¿PARA QUÉ MIERDA QUIERE VIVIR HASTA LOS 100 AÑOS?!
¿Qué hacemos de nuestra vida?
Has lo que sientas cuándo lo sientas.
jueves, 3 de octubre de 2013
Sentir.
Demasiadas veces hacemos lo que nos dicen que debemos hacer o lo que nos enseñan que es "correcto." Si hay algo que he aprendido en mi vida es que, si somos honestos con los demás y con nosotros mismos, podremos encontrar las respuestas a nuestras preguntas en nuestro corazón. La vida es muy larga para arrepentirnos de lo que no hicimos, y las miles de posibilidades de lo que pudo haber sido serán como un fantasma que nunca te dejarán tranquilo. ¡Escucha tus sentimientos y actúa!

miércoles, 25 de septiembre de 2013
Soltería 101 - Capítulo 14 - Revelación
Sacando cuentas, me dí cuenta que he sufrido por ella más tiempo del que estuvimos juntos, y eso sin sumarle además el tiempo que sufrí mientras estuvo en Chile. Por lo mismo, considerando que no soy un puto masoquista, decidí hacer algo al respecto. Basta de lloriqueo y pena, el duelo se acabó. Dejé en ese preciso instante el luto y salí del cementerio del dolor.
Tímidamente volví al mercado, cubriendo mis heridas con un traje de latin lover. Llevo pocos días de esto como para tener algo interesante que contar aún, pero creo que las cosas se ven muy interesantes a futuro. Por fin el Invierno se acabó y el sol ilumina mi mundo y calienta mi corazón. La Primavera ha llegado a mi vida y puedo sentir el olor de las flores inundando el aire. No es necesario mentirles: estoy aterrado. Esta estación del año se presta para el amor, pero luego de mi última experiencia, este sentimiento me llena de miedo.
El amor es adictivo. Enamorarse es entrar en un estado de felicidad y alegría que ninguna droga te puede dar. Pero cuando todo se acaba, ¡mierda!, sólo el Apocalipsis se compara a tal desastre. Es por esta razón que mi regreso a las pistas será con mucha más cautela. De ninguna manera me cierro a la posibilidad de enamorarme, soy un hombre muy flexible en ese sentido. Ahora, quiero que esta vez el sentimiento se vaya construyendo más lentamente, con cuidado. Porque el amor no nace, se hace. Y créanme cuando les digo que yo soy muy, pero muy bueno para hacer el amor.