martes, 1 de abril de 2008

Ojo con Amango

Hace tiempo que no escribía, más que todo, por el hecho de que sentía que no tenía nada que decir. Bueno, quizás, es así y simplemente me cuesta, aún, aceptarlo del todo. Pero mientras este pensamiento no terminé por dejarme sin dedos para escribir, tengo que hacer este pequeño comentario.
Hace un par de meses, durante la transmisión del Festival de Viña (por cierto, ¿soy el único que odia a Sergio Lagos?), vi algunas veces una propaganda de la revista Tvgrama que, dentro de sus contenidos, destacaba un poster doble con, no recuerdo, quizás Lucerito o Yuri, y Augusto Schuster, uno de los protagonistas de la serie juvenil más asexuada de la televisión: Amango.
No, no voy a ser otro más de los que se burlen del gordito de la serie, del que leí en LUN que era objeto de muchas burlas. Más que de él y sus senos (que dejan mal paradas en ese sentido a las protagonistas femeninas del programa), o de la carencia de cejas del pequeño pianista de susodicha producción; me molesta de sobremanera, y no temo represalias al decirlo, el "galán" de Amango. ¿Por qué? Les diré porqué.
Sin ningún interés en adentrarme en la vida del chico éste, no tengo certeza de qué edad tiene; aunque por su poco viril voz me arriesgaría a decir que no sobrepasa los 15 o 16 años. Por lo mismo, dentro todo esto de mi suposición, él debió haber nacido entre el año 92, 93. ¿Y qué pasaba en esos años? Pues creo que no hace falta decir que nuestro país apenas se recuperaba de las secuelas de 17 años de dictadura militar impuesta por un monstruo de bigotes y uniforme grises como el smog. Entonces, ahí hago una pausa y me remonto a los años 40, más específicamente a 1947, a dos años del fin de la Segunda Guerra Mundial. En ese año, o incluso después, y ya volviendo a nuestros días e inclusive proyectándome a 50 años más en el futuro... ¿algún judío le pondría Adolfo a alguno de sus hijos, en honor, porqué no decirlo, a nuestro querido nacionalsocialista autor del Holocausto e inspirador de muchas películas hollywoodenses ganadoras del Oscar? Yo creo que no.
¿A dónde voy con todo esto, ya volviendo a nuestro personaje de Amango? Quizás el lector inteligente ya lo haya descubierto: los papitos de este cabro estaban con el Sí. Y en un ejercicio de memoria -no imaginación-, recuerdo a un mocoso crespito y de voz femenina que le cantaba, al son de su guitarra, haciendo duo con la Paty Maldonado, el feliz cumpleaños al Tatita (como le decía de cariño). Un niño que ahora maduró (menos su voz), y se las da de Casanova de prepúberes en Canal 13.
¡Hasta cuándo! ¡Basta ya, señor Pinochet! ¡Déje a este país tranquilo de una vez por todas! ¿O acaso le basta con todo lo que hizo, que ahora, desde el Infierno, nos manda a sus tocayos-esbirros para seguir torturándonos? ¡No más!

Así que, ya lo saben. Amango oculta secretos, y éste es sólo uno de ellos, posiblemente el más limpio. A cuidarse y a estar atentos, que nuestros hijos pueden estar expuestos a la maldad más nociva, escondida tras cándidas canciones y rostros sonrientes de niñas santas y niños que no parecen tener pene.

Ah, por cierto: ¡Muerte a Augusto Pinoschuster!