Quiero usar este medio para mostrar mi absoluto desacuerdo con la exhibición del torneo de rodeo en Chilevisión. Desde siempre me sentí privilegiado por haber nacido en este país; vivir en una nación donde no había guerrillas, narcotráfico a destajo, terroristas, corrupción a raudales y un montón de otros males que aquejan al resto de la región y al mundo. Sin embargo, adolecemos de grave un problema, el maltrato animal; que deja bien en claro que el “desarrollo” que ostentamos ante los demás, no es sino sólo una palabra que hincha pechos, pero no corazones.
Que el flaite de la esquina se sienta bacán porque su pitbull ha matado a cinco quiltros en la última semana, o que el dueño del purasangre se vanaglorie del trofeo que uno de sus jinetes ganó reventándole las entrañas contra la pared a un novillo; son distintas caras de un problema transversal a nuestra débil cultura para con los animales.
A los niños se les enseña que comerse los vegetales en su plato hace bien, pero se les recompensa todo lo bueno que hacen con una “cajita feliz” o un combo, y vamos tirando más vacas y cerdos al matadero parea hacer hamburguesas, continuando la cadena de “producción animal” que manejan grandes holdings, que deforestan hectáreas completas de bosques nativos y contaminan millones de litros de agua potable para criar y matar ganado como si estuvieran haciendo galletitas. Todo para seguir alimentando una población cada vez más obesa y enferma, que suda colesterol mientras devora el asado de cada fin de semana. Y el caballo en la feria lleno de cicatrices acarreando un carro, y el león del circo rasca sin dientes ni garras se orina de miedo ante un público de niños que creen que eso es divertido, y en la tele un montón de empresarios con sombrero y poncho caros aplauden cada vez que las costillas de un animal impactan contra una pared de madera... y nadie haciendo nada por evitarlo. Es más, un canal estatal cubre el evento en horario familiar y lo anuncia con bombos y platillos, “la fiesta del deporte”. Qué bueno que no sea el deporte blanco. Así no se le notan las manchas de sangre.
Ésta es una carta que acabo de mandar a los diarios. Ojalá alguno la publique, aunque lo más probable es que no lo hagan. La infamia genera plata. Igual me gustó esto de tirarme contra los hijos de puta estos fachos patrones de fundo y la manga mono-neuronal de mi patria. Es que no puedo creer que algo tan brutal e innecesario sea considerado tradición y, más aún, “deporte”. Bueno, entonces Chilevisión después va a transmitir golpizas a travestis y vagabundos por “equipos” de neonazis, ya que ese va a ser el nuevo deporte de shilenos para shilenos. Es que el mongolismo patrio no tiene límites…
Que el flaite de la esquina se sienta bacán porque su pitbull ha matado a cinco quiltros en la última semana, o que el dueño del purasangre se vanaglorie del trofeo que uno de sus jinetes ganó reventándole las entrañas contra la pared a un novillo; son distintas caras de un problema transversal a nuestra débil cultura para con los animales.
A los niños se les enseña que comerse los vegetales en su plato hace bien, pero se les recompensa todo lo bueno que hacen con una “cajita feliz” o un combo, y vamos tirando más vacas y cerdos al matadero parea hacer hamburguesas, continuando la cadena de “producción animal” que manejan grandes holdings, que deforestan hectáreas completas de bosques nativos y contaminan millones de litros de agua potable para criar y matar ganado como si estuvieran haciendo galletitas. Todo para seguir alimentando una población cada vez más obesa y enferma, que suda colesterol mientras devora el asado de cada fin de semana. Y el caballo en la feria lleno de cicatrices acarreando un carro, y el león del circo rasca sin dientes ni garras se orina de miedo ante un público de niños que creen que eso es divertido, y en la tele un montón de empresarios con sombrero y poncho caros aplauden cada vez que las costillas de un animal impactan contra una pared de madera... y nadie haciendo nada por evitarlo. Es más, un canal estatal cubre el evento en horario familiar y lo anuncia con bombos y platillos, “la fiesta del deporte”. Qué bueno que no sea el deporte blanco. Así no se le notan las manchas de sangre.
Ésta es una carta que acabo de mandar a los diarios. Ojalá alguno la publique, aunque lo más probable es que no lo hagan. La infamia genera plata. Igual me gustó esto de tirarme contra los hijos de puta estos fachos patrones de fundo y la manga mono-neuronal de mi patria. Es que no puedo creer que algo tan brutal e innecesario sea considerado tradición y, más aún, “deporte”. Bueno, entonces Chilevisión después va a transmitir golpizas a travestis y vagabundos por “equipos” de neonazis, ya que ese va a ser el nuevo deporte de shilenos para shilenos. Es que el mongolismo patrio no tiene límites…
Pues no es "habían", es "había". A ver si aprendemos a escribir mejor.
ResponderEliminarGracias por la corrección, estoy trabajando para mejorar cada día.
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